
Se metieron en aquel coche para ocultarse del mundo. Para decirse todo aquello que nadie más debía escuchar. Porque decirlo en voz alta implicaba hacerlo cierto.
-"Te quiero"- le dijo- "pero no es suficiente, ¿verdad?"
-"Lo siento. Me gustaría quererte pero no puedo. Nos hemos hecho demasiado daño".
-"Pero te quiero"
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Se desnudaron de una forma como nunca lo habían hecho. Se hirieron mutuamente, intentando matar al otro antes de salir - si cabe- más herido.
Pero es lo que tienen las guerras... da igual quién gane o pierda... todos sufren, y a veces no se sabe si quiera por qué se han empezado.
Pero algunas guerras merecen la pena ser luchadas. Y esta lo merecía.
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Se bajó del coche y ella lo miró. Y en ese momento se dio cuenta de todo. De que jamás dejaría de quererle, de que nunca curaría esa herida... Y de que no podría ser. Estaba escrito en aquellos ojos que tanto le había costado descifrar, en los que tantas veces se había perdido...
Lo vio marcharse, y hacerse pequeñito, y, curiosamente, según se iba alejando, ella comenzaba a respirar.
Pero... "¿Cómo se retoma el hilo de toda una vida? ¿Cómo seguir adelante, cuando en tu corazón, empiezas a entender que no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no puede enmendar, aquéllas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz?"

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