martes, 30 de septiembre de 2008

El niño con el pijama de rayas


Ayer fui al cine con dos amigos a ver la película "El niño con el pijama de rayas". Tenía muchas ganas de verla, porque el libro me impactó bastante (y gracias a él, no salí en fin de año, porque supongo que no elegí el momento más adecuado para leerlo).

Para todos aquellos que no hayan visto la película ni leído el libro, no diré nada que pueda destripar el final. Es más, no diré nada acerca del argumento, puesto que si habéis tenido la suerte de no saber aún de qué va, recomiendo primero la lectura, y luego la película.

Amo la literatura y el cine. Me he enamorado de algunos libros y de algunas películas. Y para mí, estas dos formas de comunicar son totalmente distintas y ambas tienen cosas a su favor, cosas que las hacen especiales.

Los libros tienen el gran poder de establecer una relación íntima y personal entre ellos y su lector. Dos personas que lean el mismo libro pueden imaginarse personajes y paisajes de forma totalmente diferentes. Nos hacen utilizar nuestra imaginación, y puesto que el esfuerzo que se invierte leyendo un libro es mayor que el supone ver una película, la verdad es que los que nos enamoramos de un libro y sabemos que harán una película sobre él, al principio tendremos miedo de que ese esfuerzo, esa imagen que teníamos y queríamos conservar se desvanezca. Y ejemplos en el cine sobre fiascos de películas basadas en libros no escasean, precisamente.

Pero el cine es mucho más visual, y ya se dice que una imagen vale más que mil palabras. Por eso, cuando fui ayer a ver la película, fui con ese miedo de lo que pudieran hacer con una historia tan bonita, real y bella, (y tan bien contada).

Ya con ver el trailer, te destrozan el secretismo del libro, puesto que la fuerza del mismo es no saber de qué va e ir descubriéndolo poco a poco.

Sin embargo, decido darle una oportunidad puesto que el cine tiene otra forma de expresión y por eso hay que entender que a veces han de tomarse ciertas licencias. Por ejemplo, los tiempos no son los mismos en el cine que en la literatura. O las descripciones detalladas de páginas y páginas en los libros, pueden resolverse con un plano en una película.

Y la verdad, me gustó. Salí con la misma sensación del cine, que cuando leí el libro, porque además, he de señalar que "El niño con el pijama de rayas" es una historia corta que se lee muy rápido.

Mucho más podría decir del libro o de la película, pero prefiero dejar esta entrada aquí para animaros a que hagáis lo uno, o lo otro. O mejor, las dos cosas.

6 comentarios:

Julián Reina Villalón dijo...

Así q fuist al cine teniendo pndiente ir conmigo,q pirata eres

Silmarwen dijo...

Lo de pirata.... cuidadín, que sigo enfadada con eso... Además, te recuerdo que habíamos quedado para ver la de Star Wars... y sigo esperando.

Julián Reina Villalón dijo...

Pero si quedaste en llamarme tu!!! El que sigue esperando soy yo

Silmarwen dijo...

....Pues como yo, viendo Piratas del Caribe... así sabes lo que se siente... yo sólo quería ser una princesa (jajajaja)

Julián Reina Villalón dijo...

Jajaja vamos la semana w viene q creo q voy a la coru, bss

Silmarwen dijo...

Vale... Pero porque me das penita y yo soy buena persona (pero avisa antes)