jueves, 4 de febrero de 2010

Amor... dolor... y el final de una historia

Poco quedó que decir.

Esa última noche bastó para que se diera cuenta de que el sueño que perseguía hasta ese momento, era simplemente una ilusión.


Lo hizo porque debía hacerlo. Porque sabía que no sería tan perfecto y maravilloso como lo imaginaba. Lo había idealizado, colocado en un pedestal, y tan solo pretendía hacerlo mortal.


Y ahora es mortal.


Porque esa noche no sintió nada, tan solo vacío y decepción. No era la persona que ella había querido. Los dos habían cambiado.


Y tan solo tuvo que mirarle a los ojos para saber que estaban vacíos, que no quedaba ningún sentimiento. Que ambos estaban muertos, y que lo único que podían hacer era destrozar lo que podría haber sido un final feliz.


Y aquí se acaba todo. No hay más que contar. Nada más que decir. Se rompió lo último que podía haber entre los dos.


Nuestra historia termina aquí.

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